fuera tibia,
nadaría entre aludes,
solo, erizándome,
blanco y crujiente.
Pero la nieve
se viste
con púas de cristal
y no tengo la piel
para más rayones.
Quiero difuminar contornos,
peinar brisas de tarde
al calor de tus guantes,
repartir alientos
invernales
con sabor a frapuccino
y esperar al equinoccio
de tus manos
con las piernas
y las ganas
cruzadas.
el frío nos tiñe de azul los besos
RispondiElimina.*
Nunca hasta ahora había imaginado tan peligrosa a la nieve...
RispondiEliminaLa nieve se viste de tus guantes.
RispondiEliminaEn algún lugar del mundo
caen, despacio, copos
de tu desnudez.
"Pero la nieve
RispondiEliminase viste
con púas de cristal
y no tengo la piel
para más rayones"
Precioso, de verdad.
:)
RispondiEliminaahora para que seas alérgico.
que no hombre, que no.