En absoluto,
y te abarco sin brazos
al saberlo con certeza.
Relatividad
de minutos
por contar
y tropiezos
que sonrojan
cuando pienso
en trampolines.
Digno en mi banqueta,
puede,
pero hay umbrales
demasiado inquebrantables
enroscados
al cuello de mi botellín.
demasiados paisajes
RispondiEliminapor celebrar.
ay
Esa maravilla de poder hacer todo sin brazos, sin piernas, con todo.
RispondiEliminaUn beso
Si está bien, mejor dejarlo cómo está...
RispondiEliminaqué bonito!
RispondiEliminaYo os prefiero sonrojado antes que digno, jeje.
RispondiEliminaQué bueno es abarcar y dejarse abarcar, no hacen falta brazos, es verdad.
Besos