martedì 30 dicembre 2008

Principessa


Tienes la sonrisa tan de pega que cada vez que pasas el cepillo de dientes la borras, y recuperarla te lleva horas de ensayo y mentalización. Termina de enjuagarte y mírate sin piedad. No se puede tener cara de virgen del Quattrocento un miércoles a las siete y media de la mañana, pero podrías hacer el esfuerzo y engañarte, aunque sólo fuera un poquito. Así está mejor. No tengas vergüenza de levantar el mentón, mujer, que tiemble la toalla que está colgada detrás. Una miradita de desdén... así, muy bien, la horterada de ganchillo que hizo tu abuela para guardar el papel higiénico nunca se había sentido tan intimidada, y mira que lleva años cogiendo polvo, acomodada en tu campo de visión mañanero. Haz el favor de apartar la vista del estampado de tu pijama; te vas a marear con tanta raya, está un poco amarillo y tiene bolitas. Si lo que pretendes es iluminar tu expresión facial, definitivamente no es la mejor idea. Y ese pelo... los cardados pasaron a la historia, mira a ver si dejas de experimentar peinados justo antes de meterte en la cama, que luego no hay santo que te desenrede, ni los pelos ni las neuronas.
Salir del pozo en que te sumes cada vez que suena el despertador es cuestión de actitud, y de ser consciente de que esos minutos deplorables son para tu disfrute particular... afortunadamente.

2 commenti:

A voi la parola ;)