lunedì 26 marzo 2012
Hasta la fecha
mi vida se compone de tres,
a lo sumo, cuatro,
marcos pulidos, de madera dura
y ángulos rotundos.
Son hormas
para los escenarios que trenzo.
Y es en esa sucesión
de referencias omnipresentes
donde la vida criba lo superfluo
al erigir en parangón incontestable
las rutinas más frecuentes.
Algunos pueden pensar
en estatismo de colores delineados
y sombras ortopédicas.
Son más bien latidos maquillados
con la luz de lo inmediato,
que tiene el vicio de ocultar
los posos mates de la esencia
bajo su insolencia iridiscente.
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