entre la trascendencia
y lo mundano.
Uno va pensando
que la vida es un bucle
de pulmones
y de plumas
de víscera
y accesorios,
vamos,
y de pronto se tropiezacon una fila
a la puerta de un cine.
Horquillas,
chicles,
camisetas de la Selección.
Usted perdone.
Y se anuda todo de golpe,
en una elipse momentánea
e hilarante,
y, a falta de photo-finish,
sonrío a las nubes,
y cabeceo.
Fila siete,
butaca centrada,
con carné joven,
por favor.
Los recuerdos aparecen entre los tres y los cuatro años de edad. Y algunos te somos muy precoces jejeje
RispondiEliminaAissss aún me acuerdo de cuando el cine costaba 550 pesetas... qué añoranza!!!
Pero qué genialidad. Me ha encantado. Gracias.
RispondiEliminaAsiento y carnet en mano caballero, si no, como quiere usted? XD!
RispondiEliminaUn beso.
E.
ei!!que tal empezaste septiembre??
RispondiEliminael mes pasado volvi a disfrutar de tu querida castilla gracias a que me concedieran al igual que el año pasado la beca de paisaje por segovia ;) he de decirte que esta ultima vez me gusto todavia mas (a ver si para el año qe viene vuelve a caer,ya seria una pasada)
actualmente estoy publicando la obra que hice estando alli,esta vez me centre en los patios segovianos,que me dijeron que son tradicionales por alli.
cuando quieras visitame y les echas un vistacillo ;)
un besazo!!
http://menganitadecual.blogspot.com
Bienaventurados aquéllos con carnet joven, porque podrán padecer esas colas con mayor frecuencia para ver películas. ¡Que ver cine está por las nubes! (Sorry, ya sabes, cada tonto con su tema)
RispondiEliminaBesos