Dámelo
y que se quede hueco el cielo.
Todo.
Lléname de ángulos blancos
que me cieguen
y ya vendrán a decirnos
que el frenesí
marchita los impulsos,
que las prisas por atarme
a lo que no se toca,
pero me toca,
son como parcas burlonas
asomándose entre el tiempo
esquivo.
Todo.
Todo vacío.
RispondiEliminaExcepto esto.
y que se quede hueco el cielo
RispondiElimina*.*
Nunca te he pedido nada...excepto todo. Jaja.
RispondiEliminaBesos
y ya vendrán a decirnos que el frenesí marchita los impulsos...hoy avivas un fuego que yo en mi blog intento apagar,
RispondiEliminano le encuentro el pulso a esta noche,
se ha evaporado toda temperatura
wow de verdad que me dejas sin palabras.
RispondiEliminagozada leerte
Un cielo hueco, asomamos la cabeza y vemos todo
RispondiEliminaun abrazo
frene sí*
RispondiElimina-afilando pestañas-
bello lugar para perderse,
RispondiEliminaeste dámelo me recordó el vaciarse para ese todo final que entrega.... como en el correr de un bucle que en ángulo blanco se destruye y otra vez
Los primeros dos versos son, en sí, un poema aparte. No sé, de dos poemas que leo, se me fijan los primeros versos. Seguiré leyendo a ver si la tendencia sigue. Un saludo.
RispondiEliminapues si el frenesí marchita los impulsos habrá que buscar impulsos nuevos
RispondiElimina