domenica 15 maggio 2011

Abel 2.1

Valba Abel huele a silencio. No entiende los tambores que retumban en su pecho cuando cae en la cuenta de que ya no es como era, de que no sabe cómo es. Y calla, siempre calla, mientras piensa que quizá sus rizos al viento nunca más serán una buena idea, que las tardes de verano ya no tienen los colores de hace tiempo. Recuerda que antes solía arrancar los pétalos de sus dudas con un manotazo alegre y un par de sonrisas bien armadas, y ahora, cuando siente que no conoce el sendero que tiene por delante, apenas sí puede pedir que le ayuden a caminar. Cada vez con más frecuencia, los pies de Valba se anclan en la tierra rojiza y presiente que terminará por hundirse, y manchará sus leotardos y su memoria de hojas húmedas, y las ideas que una vez le parecieron nítidas se embadurnarán de la certeza de lo que no vuela, lo que se deposita y perece, sin más, como el humus de otoño sobre el suelo embarrado. Bajo su bosque de pelo hecho sortijas, Valba Abel sospecha que el día que no sienta ajeno el temblor de su piel frente a la lluvia, sabrá como recuperar el rumbo.

5 commenti:

  1. yo no se como recuperar el rumbo sin ella a mi lado..

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  2. Me encantó. Poético, sencillo, sentido. Saludos.

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  3. y las ideas que una vez le parecieron nítidas se embadurnarán de la certeza de lo que no vuela, lo que se deposita y perece, sin más


    *.*

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  4. Ojalá que ese día llegue pronto...me gustan los rizos al viento y poder arrancar las dudas a manotazos...

    Besos

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A voi la parola ;)